Tu Ítaca espera, ¿comenzamos?

Hola, me llamo Eme, soy Psicóloga Deportiva especialista en deportes náuticos y te doy la bienvenida a bordo de esta apasionante galera llamada Eme del Mar – Psicología Deportiva.

En este barco encontrarás los conocimientos, herramientas y estrategias que necesitas para entrenar tu mente y convertirla en tu mayor ventaja competitiva.

¿Nuestro rumbo? Nos vamos a Ítaca.

¿No sabes qué es Ítaca? ¡Empecemos por el principio!

En la literatura, concretamente en la Odisea de Homero, Ítaca es el hogar al que vuelve Ulises tras una larga travesía.

Sin embargo, no es sólo un lugar, Ítaca es una metáfora que simboliza nuestras metas.

¿Tienes un sueño? ¿Un objetivo? Eso es tu Ítaca para ti.

Eme del Mar. Psicología Deportiva.

Detente un segundo aquí y visualiza tu meta.
¿Sientes su fuerza? ¿Sientes su impulso?

Nuestra Ítaca es lo que comúnmente llamamos motivación, esa potente brújula interna que te pone en marcha, guía tus esfuerzos y te ayuda a perseverar cuando las cosas se ponen difíciles.

Por nuestras Ítacas emprendemos viajes que pueden ser increíbles…

… si superamos con éxito los desafíos.

Eme del Mar. Psicología Deportiva.

Detente un segundo aquí y visualiza los obstáculos.
¿Qué pasa si los superas con éxito? ¿Qué pasa si no?

Pero eso a nosotros no nos sorprende. Ningún mar en calma hizo experto a un marinero, ¿verdad? Y de eso va la cosa, aprender a navegar.

Navegar es un concepto aplicable al agua, al deporte y a la vida.

Supone poner en práctica muchos de los conceptos y habilidades que trabajamos desde la Psicología Deportiva.

Supone entrenar la mente.

Por eso el símbolo de Eme del Mar – Psicología Deportiva es una galera, un tipo de barco con velas y remos.

A veces aprovecharemos las oportunidades que nos impulsan hacia nuestros objetivos con viento a favor desplegando las velas… y otras, crearemos nosotros la inercia a golpe de remo y fortaleza.

La idea siempre es centrarnos en lo que suma, en lo que podemos controlar y aprovechar todas las situaciones que nos ayuden a avanzar en nuestro camino, adaptándonos y lidiando con aquellas que nos fuercen a corregir el rumbo.

Considerando siempre lo que nos recuerda el poeta Constantino Cavafis en su poema Ítaca:

Eme del Mar. Psicología Deportiva.

Ten siempre a Ítaca en tu mente.
Llegar allí es tu destino.
Más no apresures nunca el viaje.

- Constantino Cavafis -

No es la meta en sí lo que nos da valor, sino todas las experiencias que vivimos, disfrutamos y sumamos, con las que aprendemos y crecemos.

Es el camino hacia nuestra Ítaca el que la enriquece.

Por eso, es importante disfrutar cada paso, sin quemar etapas – aún más importante en el deporte -, sin que nos puedan las prisas o la ambición, y cuidarnos física y mentalmente para que el camino sea lo más largo y próspero posible, evitando lesiones, burnout o el abandono deportivo.

¿Qué crees que recordará Teresa Portela de su lucha por la medalla olímpica? ¿Qué le otorga tanto valor a su deseada y peleada medalla de plata en Tokio 2020?

Admirando su historia, conociendo la tuya…

Eme del Mar. Psicología Deportiva.

Detente a valorar tu viaje hasta aquí y piensa en tus éxitos, en los obstáculos y los buenos momentos que has acumulado en el camino a ellos. El significado que tienen para ti. Cómo has ido creciendo en cada paso.

Nuestras Ítacas nos enfrentan a travesías apasionantes y difíciles que nos motivarán a superarnos y en las que necesitaremos nuestra mejor versión para llegar a buen puerto.

Para hacerlo y disfrutar de cada paso, contamos con nuestra tripulación (amigos, compañeros, entrenadores, familiares, instituciones…).

Mi función en tu viaje es sumarme a tu equipo, tu tripulación, y entrenar juntos las habilidades y estrategias psicológicas que necesitas para afrontar con éxito tu travesía.

Tus metas te esperan.

Tu Ítaca espera, ¿comenzamos?

Te invito a escuchar el poema completo de Constantino Cavafis.

Ítaca

Cuando salgas de viaje para Ítaca,
desea que el camino sea largo,
colmado de aventuras, colmado de experiencias.
A los lestrigones y a los cíclopes,
al irascible Poseidón no temas,
pues nunca encuentros tales hallarás en tu camino,
si tu pensamiento se mantiene alto,
si una exquisita emoción te toca cuerpo y alma.
A los lestrigones y a los cíclopes,
al fiero Poseidón no encontrarás,
a no ser que los lleves ya en tu alma,
a no ser que tu alma los ponga en pie ante ti.

Desea que el camino sea largo.
Que sean muchas las mañanas estivales
en que —¡y con qué alegre placer!—
entres en puertos que ves por vez primera.
Detente en los mercados fenicios
para adquirir sus bellas mercancías,
madreperlas y nácares, ébanos y ámbares,
y voluptuosos perfumes de todas las clases,
todos los voluptuosos perfumes que te sean posibles.
Y vete a muchas ciudades de Egipto
y aprende, aprende de los sabios.

Mantén siempre a Ítaca en tu mente.
Llegar allí es tu destino.
Pero no tengas la menor prisa en tu viaje.
Es mejor que dure muchos años
y que viejo al fin arribes a la isla,
rico por todas las ganancias de tu viaje,
sin esperar que Ítaca te va a ofrecer riquezas.

Ítaca te ha dado un viaje hermoso.
Sin ella no te habrías puesto en marcha.
Pero no tiene ya más que ofrecerte.

Aunque la encuentres pobre, Ítaca de ti no se ha burlado.
Convertido en tan sabio, y con tanta experiencia,
ya habrás comprendido el significado de las Ítacas.

- Constantino Cavafis -

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